Sus Orígenes, Vida y Memoria Olvidada
Orígenes
Sus descendencias familiares, de condes y condesas, se ubican en Europa desde el siglo antepasado con habitantes portugueses radicados en Galicia, Santiago de Compostela, España.
Algunas informaciones dan cuenta de que en Galicia, hacia la secta década del siglo X1X, en la calle Largaria No. 15 (Altos), residían los esposos señor Ramón Casimiro Cándido Caamaño de Mendoza y García y señora Rita Regina Sanjurjo y Pérez, quienes procrearon dieciséis hijos –doce varones y cuatro hembras-.
Cuatro de los varones mayores de edad (Pedro, Alejandro, Ramiro y Alvaro Caamaño Sanjurjo) emigraron hacia la República Dominicana por problemas políticos y de faldas en su país, luego los dos primeros se fueron para otras naciones latinoamericanas.
Ramiro y Alvaro Caamaño Sanjurjo se establecieron en el Sur de la República Dominicana, contrayendo matrimonios en San Juan de la Maguana con dos hermanas de apellidos Medina Báez. A partir de estas relaciones matrimoniales es que se instituye la raíz de la familia Caamaño en nuestro país.
Entre los hijos de Alvaro y su esposa se encuentra Fausto Caamaño Medina, quien fue secretario de Guerra y Marina durante la tiranía del dictador Rafael L. Trujillo (1930-1960), obteniendo además el rango de teniente general –el más alto de la época- y el puesto de secretario de Estado de las Fuerzas Armadas. A su vez, Francisco Alberto –Francis- era hijo de Fausto Caamaño y Enerolisa Deñó.
Su Vida
Francis Caamaño nació en Santo Domingo, el día 11 de junio de 1932. Se inició en la carrera militar a los diecisiete años, ingresando a la Marina de Guerra, desde donde, ya graduado de oficial, fue enviado a los Estados Unidos a recibir entrenamientos como infante de marina, en las escuelas de Coronado, California y Quántico, en el Estado de Virginia.
Posteriormente ingresó a las filas de la Policía Nacional, obteniendo el rango de coronel, siendo jefe de las fuerzas de choques –cascos blancos- de entonces. Después fue trasladado para la Fuerza Aérea Dominicana, integrándose al movimiento Constitucionalista (militares organizados que abogaban por el restablecimiento de la constitucionalidad, por el golpe de Estado que sufrió el gobierno del profesor Juan Bosch en 1963).
Líder Revolucionario
A sus treinta y dos años de edad fue el líder principal de la “revolución de abril”, en 1965, en defensa de los intereses populares y de la soberanía nacional, ya que el 28 de abril las tropas estadounidenses invadieron nuestro territorio, las cuales fueron enfrentadas por las tropas constitucionalistas, encabezadas por Francis Caamaño.
Presidente de la República y Agregado Militar
El día 4 de mayo del mismo año, frente al Baluarte de “El Conde” o “Altar de la Patria” –donde se encuentran los restos de los fundadores de la República Dominicana-, fue juramentado como presidente constitucional de la República en Armas, por consenso de las cámaras legislativas.
En el año 1966 fue nombrado como agregado militar en Londres, permaneciendo allí hasta 1967; luego partió hacia Cuba, residiendo hasta el final del año 1972.
Su Muerte
En febrero de 1973 encabezó una expedición guerrillera que vino hacia nuestra nación por el pueblo de Azua –en la Región Sur-. Fue herido, hecho prisionero y luego asesinado cobardemente por las tropas del Ejército el día 16 del mismo mes.
Con su muerte se aplacaba el temor en el gobierno, en las Fuerzas Armadas y en los demás cuerpos de seguridad del Estado, supuestamente ante la inminencia de que se pudieran establecer en nuestro país estructuras guerrilleras, como sucede en otros pueblos de América. También, al tratarse de una expedición dirigida por un líder como demostró ser Francis Caamaño, el miedo era mayor.
Memoria Olvidada
La memoria del coronel Caamaño Deñó han ido decayendo con el tiempo, lo que no obedece a ninguna casualidad, sino a que algunos sectores dominantes no les interesa su vigencia.
La poca importancia que le dan los medios de comunicación social dominicanos a la memoria del coronel Caamaño y los reducidos actos que se realizan en su honor, incluyendo el aniversario de su muerte y de las gestas en que participó son motivados por la inversión de valores y descomposición social en que está inmersa nuestra sociedad.
Además, el fin que persiguen algunos sectores poderosos –económicos, políticos y sociales- es el de opacar las figuras de los grandes patriotas para que el pueblo no piense en ellos ni imite sus hazañas y acciones, entonces de esa manera preservar sus intereses obtenidos a costilla del mismo pueblo.
Pero, en cambio, le presentan a la juventud actividades insignificantes culturalmente, arrastrándola hacia los vicios, la corrupción y las malas costumbres. Es decir, estimulan los falsos valores mediante los medios de comunicación social.
Actualmente se mantienen condiciones sociales parecidas a las que existían en 1973, cuando murió el coronel Caamaño, traduciéndose en un desorden en la administración pública, aumentos estrepitosos de la corrupción administrativa en el Estado y el índice de pobreza.
La memoria del héroe constitucionalista seguirá decayendo y quedando desapercibida hasta tanto el pueblo dominicano –verdaderamente dominicano- no se oriente sobre sus hazañas, al igual que las de los demás próceres. Es necesario recordarlos leyendo sus historias para que luego los imiten en el momento histórico oportuno.
Esperamos que las presentes líneas sirvan para refrescar el pasado reciente y que la historia juzgue debidamente a los verdaderos traidores y asesinos del coronel Caamaño Deñó.
¡Loor y paz a sus restos! ¡Que viva su memoria!